El Ego

El Ego

                            YO SOY el camino, la verdad y la vida.

Para declarar esta bella sentencia sin auto-engaños, debemos estar seguros que la
vivenciamos desde nuestro Ser (o Cristo Interior) y no que algún reducto del ego es
quien se atreve a pronunciarla.

Para ello, veamos algunas diferencias entre la consciencia del ego (o “yo”) y la de
nuestro Ser Interior:

Advertencia: Esta entrada está escrita en “La razón” ya que el Corazón no requiere
de tantas palabras.

1. En el Ser no pretendemos nada; nos domina una paz profunda o ausencia de
cualquier tipo de deseo o inquietud.
El ego nunca está conforme con lo que es, tal como es. Es dominado por sus deseos
visibles u ocultos hasta para si mismo.

2. En el Ser estamos alegres en toda circunstancia, incluso si es dolorosa.
El ego sufre por todo… incluso porque sufre.

3. En el Ser sentimos profunda gratitud continua por todo, sin necesidad que medien
motivando.
El ego puede agradecer externamente por educación o conveniencia, pero no lo
siente en lo hondo

4. El ego actúa (o deja de actuar) de acuerdo a lo que ha aprendido del ejemplo de los
demás, de las costumbres, ritos, hábitos, estudios académicos o empíricos,
creencias, etc. Planifica
En el Ser simplemente actuamos espontáneamente ante cada circunstancia que se
presenta.

5. El ego es impulsivo y reactivo por lo que está sujeto al ciclo maniaco-depresivo:
tensión o estrés->cansancio o extenuación->depresión->impulso o reacción->estrés…
En el ser actuamos muy activamente cuando es necesario, manteniendo una
profunda relajación (o tensión según se requiera), pero no hay reacciones impulsivas
que provoquen el ciclo mencionado.

6. El ego aparenta tranquilidad cuando “así conviene”, pero hay zozobra interior.
En el Ser estamos realmente serenos… siempre (aunque estemos en medio de una
actividad vertiginosa).

7. El ego requiere motivación o busca beneficios para actuar.
En el Ser no buscamos ni necesitamos motivos para actuar o dejar de hacerlo.

8. En el Ser vivimos de momento en momento, conscientes del instante eterno que es
Ahora. Nos ocupamos en vez de preocuparnos. Utilizamos el pensamiento sólo
cuando realmente se requiere (muy poco ya que la mayor de las veces practicamos la
forma más elevada de pensar: NO-pensar).
El ego sueña en el tiempo, clasifica todo suceso en pasado, presente y futuro. Hay
resentimiento o nostalgia (por el pasado) y preocupación (por el futuro), lo que
genera un diálogo mental continuo, desgastante, compulsivo, obsesivo e involuntario.

9. En el Ser nos sentimos completos. Ya estamos realizados; no hay nada que lograr
para ser.
El ego necesita completarse, siente que si obtiene esto o aquello estará mejor o se
sentirá realizado.

10. El ego vive aparentando, incluso auto-engañándose hasta caer en la mitomanía.
En el Ser no hay necesidad de aparentar nada ante nadie y mucho menos ante uno
mismo.

11. De hecho, en el Ser nos sabemos y sentimos como parte del Todo, la UNIDAD no
es una idea sino una vivencia continúa y muy real. Desaparece toda idea de un “yo” y
por lo tanto no hay “tú”. Tampoco hay noción de “nosotros y ellos”. Todos somos un
sólo Ser, experimentando la consciencia a través de formas diferentes.
Ego significa “yo” y por lo tanto existe algo que “no soy yo”, de quien debo sacar
provecho o protegerme para que no saque provecho de mi. O bien si “yo soy bueno”,
entonces: “ese otro” es alguien a quien debo ayudar o proteger.

12. El ego puede ser muy bueno… o muy malo… consigo mismo o con “los demás”.
En el Ser los conceptos de bien y mal carecen de significado.

13. En su intento por mejorar la vida, el ego genera fricción y desgaste consigo
mismo y “los demás”. Esto es causa de enfermedades, la vejez y la muerte.
Cuando nos ubicamos en la consciencia de sólo Ser, todo es perfecto tal como es.
Fluimos con el ritmo natural de la vida libre en su movimiento.

14. Todo es novedoso para nuestro Ser, hasta la tareas rutinarias repetidas por años
y años.
El ego termina aburriéndose con todo, hasta con lo que más adoraba o deseaba
antes.

15. El Ser comprende al Ser y al ego. No juzga nada, es sensible y atento con su
forma individual y con el resto de las formas que componen el Todo que se le
presentan El ego no se comprende ni a sí mismo. Se juzga, se condena, se castiga y
también a “los demás”. Es insensible e inatento (porque la atención se consume en
estar siempre esperando algo que no está aquí ni ahora).

16. Miedo, ira, tristeza son padecimientos emocionales del ego. Y en su infructuoso
intento por evitarlos condiciona sus relaciones con “los demás” y hasta consigo
mismo.
Cuando en realidad ya somos amor, paz y alegría. Sólo hay que darnos cuenta de ello
para permitirnos dar y recibir Amor Incondicional sin ningún esfuerzo.

17. Pérdidas y ganancias pertenecen al mundo psicológico del ego. La ley de acción y
consecuencia (karma) rige los quehaceres del ego en el tiempo.
Al simplemente Ser, nada hay qué perder o ganar, nuestra experiencia ya es un
triunfo continuo como sea que venga (nos guía el Dharma). Fuera del tiempo (en el
Ser) toda acción es comprendida y ejecutada instantáneamente como no-acción o nohacer.

18. La intuición o corazonadas (también llamadas “la voz del silencio” porque no hay
pensamientos) nos rigen permanentemente cuando simplemente somos. Así nunca
hay error, sólo certezas.
La razón o lógica es casi la única herramienta que conoce y utiliza el ego,
sumergiéndose en el tremendo batallar de las antítesis y confusión. De ahí al error
casi continúo. Y cuando llega a hacer uso de la intuición lo hace para sus fines
egoístas, por lo que al final falla también.

19. La consciencia está despierta en el Ser. La atención plena (la aceptación de lo
que es tal como es) es natural cuando simplemente somos sin pretender o desear
nada. Estamos plenamente presentes.
Y profundamente dormida en el ego, es decir: cuando deseamos esto o aquello,
cuando no aceptamos lo que es, tal como es y pretendemos que sea diferente.
Estamos completamente ausentes.

20. Al no existir deseo, comprendemos nuestra inherente Libertad y Responsabilidad
al simplemente Ser.
El ego no puede ser libre ni responsable en medio de sus deseos continuos de
protección, que lo hacen insensible ante sí mismo y ante “los demás”.

21. Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera, como es Dios yo soy. Todo
tiene su dualidad u opuesto complementario:

luz-oscuridad,
frío-caliente,
bien-mal,
masculino-femenino,

Ying-Yang,
El todo y la nada.
El ego y el Ser.
Arriba y abajo?
Dentro y fuera?
Dios y “yo”?.

Hay un sólo Ser sin fronteras ni límites. Es Todo y Nada a la vez. Los opuestos existen
y a la vez no (por ej.: No hay ego y Ser sino sólo una transformación de la Consciencia
-y la percepción- en un sentido u otro). La división entre lo relativo y lo absoluto es la
última ilusión que se funde en la (to)Talidad.

Gracioso es hacer una lista como esta, pues sólo es necesaria para que el ego
reconozca y acepte las limitaciones de su falsa identidad. Para que acepte renunciar
a sí mismo y permitir así que despierte la consciencia del Ser.

Sólo se requiere para que la falsa idea de sí mismo se transforme en el real recuerdo
de sí (de Ser), es decir: para auto-reconocernos como lo que realmente somos. Y es
que una vez que hemos despertado, la lista es innecesaria.

Nahui Cuauhtli – 4 Aguila
(Rafael Corres Molina)
Fundador del blog 4aguila

Codigos a usar Canalizados por José Gabriel Agesta:

Ego (manejarlo y controlarlo): 62987

Amada presencia del Yo Soy: 636 y 464


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